Aunque es considerado por fans y críticos su disco mas flojo, The Soft parade siempre ha sido mi disco favorito de The Doors. Y no se porqué exactamente. Quizá sea la portada, ese azul eléctrico de la portada, que me parece un reflejo perfecto de la música que contiene. Si se puede definir el sonido de estas canciones mediante un color , diría que al escuchar este disco me vienen a la mente imágenes veladas en ese azul eléctrico. Curiosamente me pasa algo parecido con L.A. Woman y ese color burdeos de la cubierta, color de madera vieja y de whisky. A lo mejor puede ser porque no contiene ninguno de los megaexitos de la banda, que gracias a la dichosa pelicula de Oliver Stone, millones de versiones, haberlas oído en bares miles de veces, etc... han dejado de ser canciones para mi, para pasar a convertirse en muzak sin vida, ni capacidad de producir ninguna reacción, ni imagen en mi mente. Tal vez porque es el disco del guitarrista Robbie Krieger.El pobre de Robbie fue este su disco, ya que tres de los cuatro singles del album fueron compuestos por el (“Tell all the people, “Touch me” y “Wishful sinful”). Y es que tuvo que ser difícil para Robbie, un nerd con talento, obsesionado con la guitarra clásica, con su pelo escaso y estropajoso y su complexión enclenque, tener que convivir con Jim Morrison, un veinteañero alcohólico y caprichoso, que sin embargo a los ojos de los fans y prensa, era considerado una especie de híbrido entre un Adonis y Lucifer.
Musicalmente, este disco se aleja de la psicodelia de los discos anteriores, y todavía solo se intuyen los pasajes mas blues de los dos últimos discos (“Morrison hotel” L.A. Woman”). Fue un disco con muy malas criticas, especialmente por la inclusión de vientos y cuerdas, que le dan un sonido muy barroco, y que personalmente creo que es una de las virtudes del disco, acercándoles a la canción melódica en “Wishful sinful” que podría haber sido cantada por Scott Walker o incluso por Frank Sinatra sin problemas; al jazz: “Tell all the people” incluye el primer solo jazz en un disco pop gracias al tremendo saxo de Curtis Tray; la música latina en “The soft parade”, uno de esos temas largos y sinuosos, que tanto les gustaban y que tiene momentos tremendos, o incluso al country de una manera un tanto cómica, en ”Runnin blue” en el estribillo cantado por Robbie Krieger. Además la voz de Morrison es perfecta en este álbum, ha perdido la inocencia y pureza de los primeros discos pero sin llegar al gruñido alcohólico de L.A. Woman, y entrega en mi opinión una de las mejores interpretaciones vocales de Jim Morrison en “Wishful sinful”.
En fin que sin obviar que es un disco con temas flojos (“Runnin´blue” “Easy ride” “Do it” ) y que quizá intentaron abarcar demasiadas estilos, creo que merece una escucha y puede que te sorprenda.